Según explica Ravi Allada y sus compañeros en un artículo publicado en la revista Nature, el gen CG4857, apodado “veinticuatro” e identificado en moscas (Drosophila melanogaster), modifica la producción de la proteína PER. Cuando no está presente, hace que las moscas no tengan un ciclo regular y presenten dificultades para reaccionar justo antes del amanecer, lo que sería similar a lo que le sucede al ser humano.
Por otra parte, trabajando con mil moscas con el gen sobreexpresado advirtieron que su ciclo diario se alargaba a 26 horas, en lugar de 24, lo que sugiere que el gen podía estar involucrado en influir en el reloj biológico de los insectos. “La función del reloj biológico es decirle a tu sistema que esté preparado, que el sol está saliendo y que es hora de levantarse”.
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